Se debe ser feliz en todos los ámbitos de la vida y no sólo en lo laboral.

Desde niños tenemos sueños e ilusiones, proyectos de lo que nos gustaría ser y a que nos gustaría dedicarnos. Lamentablemente, cuando nos hacemos mayores, esos sueños se van disipando y transformándose en otra realidad.

La vida es muy corta para no hacer algo que te motive y te ayude a ser feliz.

La felicidad es algo imperceptible, son esos pequeños detalles que no son visibles a simple vista, pero tan vitales para sentirnos satisfechos.

La felicidad laboral es ese/a compañero/a con el que te “echas unas risas”, te tomas el café de la mañana y te ayuda cuando tienes una dificultad.

Ese/a líder que te guía, te escucha, propone ideas y acepta las tuyas, delega y te enseña.

Pasamos muchas horas en el trabajo y es necesaria esa “complicidad”, sentirte identificado con su cultura empresarial y parte del equipo.

La felicidad nos da impulso y motivación, ayuda a frenar nuestros miedos e inseguridades y nos hace luchar por todo cuanto nos propongamos. No podemos permitirnos ser infelices, eso dañaría nuestra autoestima, provocando frustración y desmotivación.

La felicidad en el trabajo es esencial para que una empresa crezca, alcance sus objetivos y los empleados se identifiquen con ella. Es el ingrediente principal para lograr todos los retos propuestos, sentirte orgulloso de formar parte del equipo y creer en su labor.

Un equipo feliz es imprescindible para activar el rendimiento y grado de implicación.

Un equipo infeliz, producirá el efecto contrario, afectando en la consecución de objetivos y en la percepción de nuestro “yo”, infravalorando nuestras virtudes y capacidades.

Cuando te sientas insatisfecho con tus funciones, piensa que podrías hacer para mejorar, cambia aquello que no te guste y no pierdas la capacidad de crear.

Nunca te rindas, ni creas que no vales. Esas ideas distorsionadas de nosotros son nuestro mayor obstáculo, que hay que aprender a esquivar. Recuerda que se aprende más de los errores, que de los aciertos.

Porque no hay mayor infelicidad que no creer en ti, que no ser feliz contigo mismo. Tú eres tu mejor versión de ti.

El bienestar laboral favorece un buen clima e incrementa el grado de satisfacción de los trabajadores, es responsabilidad de todos implicarse para conseguirlo.

Porque al final del trayecto que llamamos vida, nos preguntaremos lo que hemos sido capaces de construir, sin mirar atrás, seguiremos aportando y dejando parte de nosotros en ese proyecto.

Ese será nuestro mejor legado, dejar huella y permitir que otros aprendan de ella.

Por eso, cuando te preguntes que necesitas de un trabajo para ser feliz, más bien reformula la pregunta: qué puedes aportar tú en un trabajo, para ser feliz.

Sólo así sabremos realmente si estamos en el sitio correcto y proseguir, creciendo no sólo como profesional, sino también como persona.

- 1

«Dejar huella y permitir que otros aprendan de ella»

Laura Santiago

Psicóloga especializada en él área laboral, con amplia experiencia como Técnico de Recursos Humanos.

Me considero una persona extrovertida, honesta y con gran capacidad de conectar con los demás, cualidades que mantengo presentes también como profesional.
Y es ese toque natural y espontáneo lo que prevalece en mi trabajo, conservar mi esencia, algo que considero vital para poder llegar a ser un gran profesional: siendo tú mismo.
Amanda Pérez